martes, 10 de agosto de 2010
ESTO NO ES UNA ECOALDEA
Cuando Milan y su hijo Fabio gentilmente nos recogieron del aereopuerto de Barajas en Madrid, inmediatamente procedimos a acosarlos con preguntas sobre ¿cómo era vivir en una ecoaldea?, ¿qué se sentía escapar de la ciudad para reencontrarse con la vida comunitaria?, ¿cuáles eran los nuevos paradigmas que envolvían su coexistir con la naturaleza? Milan frenó un poco al auto y contundentemente nos contestó - "Esto no es una ecoaldea" - Nosotros nos miramos confundidos porque precisamente a eso habíamos venido, a conocer Ecoaldeas y a aprender, por supuesto de ellas. Milan en un familiar acento italiano, se reía viendo nuestras caras por el retrovisor, mientras explicaba que la gente tiene muy metida en su cabeza distintos preconceptos de lo que debería ser una ecoaldea, ya que si una ecoaldea es - "Un grupo de gente que vive en una aldea/pueblo de una forma ecológica, puede ser que lo seamos, pero nosotros no vivimos de forma comunitaria, tratamos de ser lo más respetuosos con el medio ambiente, tratamos de ser auto sostenibles, pero aún no lo somos ni en un 50%. Ni siquiera compartimos las decisiones, salvo algunas excepciones y entonces, el problema es que la gente cree que todo es una ecoaldea, y no se da cuenta de que llegar al concepto de lo que debería ser una ecoladea es un proceso largo y sobre todo personal, ya que si no cambia la cabeza, vayas donde vayas y hagas lo que hagas, mucho tiempo no durará. Así es muchachos, esto es lo que nosotros hacemos, hasta aquí hemos llegado por ahora, y ya para nosotros ha sido un avance monumental" - terminó categóricamente. Geraldine y yo nos miramos en ese momento, convencidos de que el viaje realmente había empezado y que en los próximos días aprenderíamos a remover y arreglar muchas de las cosas que llevabamos en la cabeza.
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